Dieta mediática: desconecta para reconectar contigo misma

dieta digital

En este nuevo artículo del blog de Decolores te contamos en qué consiste una dieta mediática y cómo aplicarla para establecer una relación sana con la tecnología y las redes sociales.

Los riesgos de un hiperconsumo digital

Vivimos permanentemente conectadas: sin unos hábitos informativos saludables y una dieta mediática, la omnipresencia de noticias negativas puede llegar a generar problemas psicológicos como ansiedad, estrés o depresión. 

Muchas veces, las que estamos en redes sociales publicamos todo tipo de contenidos alegres, tristes o reflexivos y, normalmente lo que buscamos es que nuestras publicaciones generen la mayor cantidad de likes y comentarios.

La ciencia ha demostrado que la interacción del ser humano con las redes sociales y el reconocimiento que se obtiene dentro de ellas activan las mismas partes del cerebro que cuando damos un beso, practicamos sexo o recibimos una buena noticia. Los tanques de dopamina se disparan y nuestro cuerpo entra en un estado de euforia y bienestar. Ahí reside el poder adictivo de estos medios de comunicación.

Por eso, es muy importante establecer un consumo responsable en redes sociales. De hecho unos malos hábitos digitales pueden llevar a la saturación y a lo que se ha venido a llamar el espejismo social. Este fenómeno de comparación tóxica y de falta de conexión con la realidad resulta muy peligroso, ya que propicia emociones como envidia, sufrimiento, frustración, tristeza, rabia, angustia… Emociones que según Magda Barceló, comunicadora y autora de Da vida a tus sueños. 12 caminos para crecer y despertar, sentidas de manera continuada, excesiva y sin mente crítica son propensas a desembocar en estados alterados de conciencia o problemas de salud mental como ansiedad, estrés o depresión.   

¿Qué es la dieta mediática?

Una de las mejores maneras de no caer en estos comportamientos es establecer y seguir una estricta dieta mediática de consumo responsable en la que se pautan tanto la cantidad como la calidad de contenidos, noticias y medios informativos y sociales consumidos.

Como toda buena dieta, la digital debe ser saludable: equilibrada, con porciones adecuadas y sostenible. Debe permitirte estar bien informada manteniéndote al tanto de las novedades y de la actualidad. Del mismo modo, esta debe ayudarte a sentirte conectada con tu entorno social.

Por unas redes en positivo

En cuanto a las redes sociales, existen múltiples estudios neurocientíficos que han demostrado que nuestro cerebro está cableado para detectar las cosas que no funcionan, ya que como especie intentamos sobrevivir y evitar aquello que nos pone en peligro o nos hace mal. Sin embargo, o quizá por eso, mismo, los medios de comunicación, y por extensión las redes sociales, suelen generar más interacción con las noticias negativas que a las positivas en sus parrillas: las personas tenemos intrínseco un mayor interés a la hora de consumir contenidos negativos, que despiertan morbo en nosotros. Es una cuestión irracional.

Por ello es muy importante establecer una dieta mediática para llevar un consumo en positivo de las redes sociales centrándonos en las cosas positivas a través de la gratitud para, paulatinamente, ir eliminando aquellos contenido negativas que pese a tener mucho engagement puede sumirnos en un intenso malestar. 

Se recomiendo, por tanto, buscar contenidos o noticias que vayan más allá de lo típico que nos muestran los medios o plataformas generalistas. Es importante estar informado de los problemas que hay en el mundo, pero también de aquellas cosas buenas que suceden en nuestro entorno.

Además, moderar el tiempo de consumo para reducirlo en la medida de lo posible es otra de las acciones que se recomiendan ya que las horas que pasamos consumiendo contenidos en los medios o las redes sociales son tiempo que restamos a otras actividades más beneficiosas para nuestro equilibrio emocional. Hablamos de hobbies como pueden ser la lectura, un paseo con amigas, tocar un instrumento o pintar un cuadro. 

En este sentido, está más que probado que la sobreexposición a cierto tipo de contenidos perjudica en nuestro crecimiento personal. Por ello es crucial evitar la infoxicación y proteger nuestra salud mental de las emociones que nos despiertan las pantallas modificando la exposición a los medios y observar cómo afecta a nuestro estado de ánimo. 

Desconecta antes de ir a dormir

Además de  prepararnos ante la exposición digital, es muy importante proteger nuestro descanso incorporando rutinas de desconexión y cambiar de tema cuando lo que se aborde nos genere ansiedad, cansancio o malestar.

De hecho, numerosos expertos desaconsejan la exposición a las pantallas al menos una hora antes de ir a la cama. Con esta simple medida ayudamos a favorecer un mejor descanso y un sueño de más calidad. La explicación está en que ​de este modo se reducen drásticamente los estímulos visuales y auditivos que pueden interrumpir nuestro descanso. 

Además, los estudios revelan que aquellas personas que deciden apagar sus dispositivos experimentan una mayor sensación de relajación y logran entrar más rápido en un sueño profundo y reparador.

En definitiva, impulsar el crecimiento personal y alcanzar el equilibrio emocional pasa por reconectar con nuestro interior, y esto solo podemos conseguirlo si rompemos con gran parte de los inputs externos que nos llegan a través del consumo de medios informativos y sociales. Por todo ello, nuestra honesta recomendación no puede ser otra que menos pantallas y más conexión interior y con las personas que queremos.

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